Amado Padre Celestial:
Hoy quiero darte Gracias por cada una de las Bendiciones que recibimos y nos has regalado a diaria. Hemos disfrutado tu presencia y tratado de hacer las cosas bien.
En este momento quisiera pedirte que toques lo más profundo de nuestro ser y sanes todas las heridas que allí estén; sana todo complejo, toda envidia, todo miedo, todo sentimiento de inferioridad y dame la oportunidad de amarme tal cual soy. También te suplico que toques mi corazón y eches todos los sentimientos que no son tuyos, los deseos de venganzas, los resentimientos, los rencores y me ayudes a perdonar. Abre caminos de bendición y protección, y permite que siempre estemos a tu lados. Cuídanos de todos aquellos que quieren hacernos daño. Confiamos en ti. Gracias por escucharnos. Todo lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesús, Nuestro Señor Amen.
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