Un día de rodillas entendí que solo tú Señor puedes dar paz a mi corazón.
En tus brazos puedo descansar y no hay nada en el mundo que deseo más que poderte encontrar.
Tus manos abiertas me esperan todos los días. Y tengo la libertad de acercarme a ti cuando yo así lo decida.
Perdóname Señor por que aunque tu amor es incondicional, hay veces en que dudo de tu poder y majestad.
Eres el Todopoderoso, nuestro Señor y Salvador. Tú lo sabes todo y conoces mi corazón.
Gracias por siempre escucharme aun cuando te he fallado. Tus oídos no están sordos a mis reclamos.
Me escuchas pacientemente y me tomas de la mano. Me muestras el camino correcto para seguir sin pecado.
Eres el mejor Padre que pude haber encontrado, gracias nuevamente y de rodillas por siempre estaré a tu lado.!!!
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